El Plan Nacional de Fomento Hortofrutícola 2012-2020 busca “mejorar
la competitividad y productividad del sector a través de un modelo
organizacional gremial, que permita el acceso a la asistencia técnica y
transferencia de tecnología, financiación, información y capacitación a
productores hortofrutícolas…”. Entre otros objetivos debe hacerse a
procesos de investigación y desarrollo tecnológico.
Las cadenas exhiben problemas estructurales por la dispersión de la
producción en una geografía de contrastes biofísicos, escasa
asociatividad y baja empresarización, alta intermediación, ausencia de
cadenas de frío e insuficiente oferta exportable. A esto se agregan
retos tecnológicos por la escasa oferta de variedades y material de
siembra certificado, problemas fitosanitarios con alta dependencia de
pesticidas que limitan los mercados, modelos tecnológicos poco adaptados
y procesos incipientes.
Para mejorar la productividad y competitividad, las cadenas
construyeron sus agendas de investigación, desarrollo tecnológico e
innovación enfocadas en generar alternativas productivas sostenibles,
proveer y mejorar el talento humano y el desempeño sectorial, y
habilitar el acceso a todos los mercados.
Enfoque de la Agenda.
Un reto es la gran diversidad de condiciones en la producción, donde
predominan las explotaciones de pequeña escala y su destino al mercado
interno. Corpoica en su Agenda Quinquenal de Frutales se concentra en
nueve macroproyectos: Aguacate, cítricos, mango, mora, pasifloras,
uchuva, guayaba, plátano y especies promisorias, pero se esperan
soluciones tecnológicas en desarrollo genético, manejo fitosanitario,
uso sostenible de recursos naturales, modernización de huertos, valor a
la producción primaria y vinculación de tecnologías en modelos
productivos regionales. Corpoica y sus aliados pretenden generar
demandas de las cadenas, gracias a nuevas variedades de especies y
modelos eficientes de suministro de siembra certificado; conocimiento
epidemiológico, tecnologías de manejo y modelos de prevención
fitosanitaria; requerimientos nutricionales e hídricos del cultivo,
sistemas conservacionistas de uso del suelo, agua y nutrientes;
tecnologías en arreglos, diseño, establecimiento y mantenimiento de
huertos frutales; identificar atributos de alto potencial de uso y
valorización de especies nativas; aplicaciones tecnológicas para la
cosecha y poscosecha, y generación de nuevos productos; y capacitación
de asistentes técnicos para el manejo sostenible.
Los trabajos de 2013 destacan: Nuevos cultivares de especies
frutícolas y futura oferta de materiales genéticos con alto valor;
desarrollo de bases tecnológicas para implementar la certificación
fisiológica, genética y sanitaria de frutales en viveros; modelos e
insumos para el manejo biológico de problemas sanitarios; tecnologías en
huertos para el control de la estacionalidad y la regulación productiva
en especies frutícolas perennes; e información epidemiológica sobre
distribución y niveles de incidencia de plagas y patógenos para diseñar
medidas de prevención. La idea es asegurar el rigor y la calidad
científica; promover altos estándares éticos y valorar la crítica
científica y el trabajo de equipo, y ayudar a proyectar y ordenar la
construcción de capacidades técnicas y formación de talento humano.
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